lunes, 22 de junio de 2015

Noches.

Me gusta sentir el aire rozar mi piel, ver que la noche queda atrás con cada paso.

Me gusta pensar que cada tramo dejado atrás puede llegar a ser incluso especial para alguien.

Y que cada lugar, siempre habita en el recuerdo de cualquier alma.

Me gusta pensar que no soy la única que presencia el perfecto desorden de las estrellas que, como cada noche, nos vigilan.

Que observan atentamente, entre cada interrupción.

Que se abrazan, que se consumen.

Que son uno.



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